sábado, 31 de diciembre de 2011

Hora de echar la vista atrás

Hoy es el último día de 2011.
El año en que el Deportivo bajó a Segunda División, algo que tiempo atrás no podría haber creído, y aún hoy se me hace difícil de creer. El año también en que acabé mi carrera de Ingeniero Industrial, algo que, por definición, pensé que no habría de tener fin. El año más difícil de mi vida, sin ningún género de dudas, en el que la realidad se me ha echado al cuello con toda su crudeza y se ha reído de mi falta de vocación. Sin apenas haber tenido tiempo para digerir ese fin de ciclo, la crisis me arrebató el asiento mientras aún sonaba la música, impidiéndome empezar a vivir como se supone que tendría que haber sucedido. Y entretanto, he ido dejando pasar el tiempo aquí y allá, también en Londres y en Bruselas, y parece que desde siempre en un trabajo vampirizante que me merma a ratos.

Pero también, este 2011 ha sido el año en el que me he encontrado a mí mismo. Tras años de flirteo, al fin he podido confirmarme que nací para ser escritor, y que todo lo demás que llevo colgando son rémoras de mi persona que no hacen sino falsear lo que mejor sé hacer en esta vida.

Texturas del miedo ha tenido una buena acogida, dentro de la humilde acogida que puede tener una antología de relatos publicados al amparo de un sello de género y sin distribución. Me ha dado a conocer entre algunos que antes no me conocían, pocos pero entusiastas; y me ha aportado alrededor de una docena de reseñas maravillosas, un divertido certamen de fotografía con el colofón de un book-tráiler y dos presentaciones en las que estuve arropado por familiares y amigos. Más allá de eso, la publicación de Texturas del miedo supuso el empujón definitivo que necesitaba para lanzarme a terminar mi primera novela. Lo conseguí, y a finales del mes de enero puse el punto final a El Osito Cochambre, obra que meses después firmé con 23 Escalones para su publicación y distribución en librerías en todo el territorio nacional. El salto de calidad que necesitaba en todos los aspectos, y que supondrá la primera piedra de toque de este 2012: El Osito Cochambre es todo lo que tenía que escribir en mi primera novela, y creo que sorprenderá a propios y a extraños. De su éxito o fracaso dependen muchas cosas, pero tengo una enorme confianza en que funcione. Veremos qué pasa.

Por otro lado, tal y como me propuse, este año apenas he participado en certámenes, y todo lo que he conseguido han sido réditos del pasado: Premio Nosferatu con Aokigahara, selección en una antología Dolmen con La Zelestina, y poco más. Los días de concursos y escribir sujeto a bases pasaron a mejor vida, y en una evolución lógica han quedado como gusanillo que picar en horas muertas, pero sobre todo como grandioso recuerdo de una época en la que todo parecía mágico. Sin embargo, las mieles de los éxitos pasados son insípidas con el aumento de las expectativas. Y las expectativas de hoy en día pasan por seguir publicando a nivel individual, cada vez con mayor exigencia y con una respuesta editorial acorde a esa exigencia. También es tiempo de escribir lo que quiera y como quiera. Por eso está en cocción mi antología de relatos surrealistas ilustrados, Grotesque, que ya marcha por su tramo final. Y por eso acabé hace poco más de un mes la que es mi segunda novela, Nudos de cereza, que supone un puntito de madurez con respecto a la primera, y en la que tengo depositadas muchas esperanzas de futuro.
Este año 2011, por tanto, lo he cerrado con un total de 10 relatos escritos, la mayoría encadenados al proyecto Grotesque; con el fin de una novela y la elaboración completa de otra. Con un contrato que supone un considerable paso adelante. Y con muchas perspectivas de futuro.

Espero que 2012 me dé para seguir sembrando, pero también para recoger estos primeros frutos, nacidos de la ilusión y el trabajo. Como dice un buen amigo, en esto es imprescindible recibir empujones anímicos para seguir quemando etapas.
2011 me dio ese empujón... y yo me quemé los dedos gastando todas mis cerillas.

Feliz año nuevo a todos los seguidores del blog.

8 comentarios :

  1. Un buen año, sí señor... y 2012 se avecina mejor, ya verás como sí ;) muchos beseteees!!

    ResponderEliminar
  2. Gracias, guapa. Lo mismo te deseo a ti: que este 2012 nos ponga en nuestro lugar ;)

    ResponderEliminar
  3. "Pero también, este 2011 ha sido el año en el que me he encontrado a mí mismo. Tras años de flirteo, al fin he podido confirmarme que nací para ser escritor, y que todo lo demás que llevo colgando son rémoras de mi persona que no hacen sino falsear lo que mejor sé hacer en esta vida."

    mIRA HACEMOS UNA COSA, espera que termine la carrera y que me haga catedrática y super famosa, te pongo un piso y ejerzo de mecenas, y tú ahí esclavizado a escribir.

    Por mí sería bien. XD

    ResponderEliminar
  4. :)
    Te conozco, y me alimentarías con raspas de pescado...

    ResponderEliminar
  5. ah pero que los escritores coméis?

    ResponderEliminar
  6. De hecho, desde tiempos inmemoriales, ese ha sido y es el gran problema de los escritores XD

    ResponderEliminar
  7. Jo, qué bonito va a ser el 2012... y aterrador ):). Nada, me alegro que ya te qeudara claro,c acho biwi XD. Feliz año nuevo ^_^. Xa-LFDM

    ResponderEliminar
  8. Gracias, Laura. Feliz año a ti también

    ResponderEliminar