Escribo, a veces

A día de hoy, a pesar de no tener tiempo para nada que no sea dejar pasar el tiempo, estoy metido en dos proyectos de naturaleza literaria y futuro dudoso.

El primero de ellos es algo ilusionante y prometedor, pero requiere de oficio (justo lo que más pereza me da en estos momentos): una novela de terror cuya idea aún estoy fermentando, y que de momento tengo agostada tras lo prosaico de un punto doc, cogiendo confianza en sí misma, quizás.

Lo segundo es un proyecto personal que me tiene agarrado por los pelos y con el que me estoy soltando como nunca. Algo extraño que escribo a golpes de inspiración abstracta, como si le estuviera pasando la escoba a mi subconsciente, rebañando con el dedo todo lo que de surrealista se me ha quedado en los rebordes del cerebro. Es una antología de siete relatos del absurdo. Y aunque esté feo decirlo, me gusta. Sería, por decirlo de alguna manera, lo que me gustaría encontrarme a mí como lector.

Sin embargo, así como tengo claro el destino (lejano, perdido en la bruma) de la que sería mi segunda novela; no tengo nada claro qué demonios podría hacer con este otro proyecto. Estoy barajando un par de posibilidades para darlo a conocer, y ambas me gustan en varios aspectos, pero aún no estoy convencido de qué camino tomar. Lo que sí tengo claro es que, de una u otra forma, quiero que se lea, porque se está conviertiendo en una radiografía de mi escritura y de mis inquietudes más íntimas. ¡Qué novedad! Lo verdaderamente difícil es escribir una novela desde fuera, como un escritor de los de verdad, inspirado únicamente por el azadón.

Sea como fuere, la otra razón de esta entrada viene preñada de buenas noticias, aunque de momento sólo pueda ser difuso y confuso a este respecto, y es que, con total seguridad, mi primera novela: El Osito Cochambre, será publicada a finales de este año. Aún esperaré a decir con quién y en qué condiciones por respeto a la editorial, pero de lo que no hay duda es de que pronto la podré ver tal y como siempre la había soñado. Y eso es maravilloso.