Terminando como está el año, es tiempo de echar la vista atrás y empaparse de los logros y satisfacciones de estos doce meses, que han sido muchos y muy jugosos.
Si bien es cierto que he conseguido meter en diversas antologías o lograr puestos de finalista con casi todos los relatos que he presentado a concurso este año, no menos cierto es que ha sido también la época de mi vida que más he trabajado como escritor, o al menos como miembro activo del mundillo, enfrascándome en mil y un asuntos estrechamente relacionados con la escritura, pero que, paradójicamente, le han ido robando tiempo a la propia actividad de escribir.
Uno de esos asuntos es, como bien sabéis, la colaboración como parte del grupo de selección de la revista pulp Los Zombis No Saben Leer, artículo de lujo a coste cero que tiene visos de convertirse en un referente literario del ocio cibernético. Si bien este "trabajillo" requiere de esfuerzo y dedicación, lo cierto es que tengo las espaldas perfectamente cubiertas por un grupo humano trabajador y lleno de ilusiones, que me hace sospechar que la labor más fatigosa de este año no haya sido esta, sino una mucho más solitaria, cuyas penurias se padecen contrarreloj y la recompensa a veces es un tanto ingrata...
Me refiero a mi labor como jurado de dos certámenes: el VI Karma Sensual y el III Monstruos de la Razón.
En el primero llegué a lidiar con 107 relatos, algunos de ellos muy destacables, la gran mayoría resultones, y unos pocos directamente lamentables (como he podido constatar, la campana Gaussiana también es norma en los certámenes de literatura). Y sin embargo, creo que el fallo final dará lugar a una más que atractiva antología, que yo ya he podido disfrutar como privilegio, y en el que destaca el relato ganador, Ir de Compras, de Carolina Pastor; y algún otro que me gustó especialmente, como Noche de San Juan. El caso es que mi labor como jurado aún no acabó en este certamen, pues ahora he de corregir dos de los relatos seleccionados con sus respectivos autores...
El segundo certamen, la nueva edición del primero que gané el año pasado, ha resultado ser toda una caja de sorpresas que me ha hecho sufrir y disfrutar a partes iguales. Como jurado de la sección de terror (Canijo se encargaba de la de fantasía, y Magnus Dagon de la de cifi), me encontré con al menos diez relatos dignos de una gran antología, y especial ilusión me hizo comprobar que, finalmente, mi criterio fuera respaldado en las votaciones finales del jurado al proclamar a esa pequeña joya kafkiana que es La Muñeca como justa vencedora de la categoría. En las otras dos (me refiero a los premios del jurado, que eran los que me atañían directamente), resultó justo ganador, y por partida doble, el mismo autor (Invierno), con sendos relatos de corte humorístico.
En ambos certámenes tuve mi primer encontronazo con eso que dicen que es separar el grano de la paja, y lo que es más duro aún, con la necesidad de separar los relatos maravillosos de aquellos que son algo más que buenos. Y si algo he aprendido, es que esa separación se hace con el cuchillo de la subjetividad y los gustos individuales, lo que me ha llevado a pensar en el verdadero sentido que tiene ganar un certamen literario.
Quizá no sea la entrada ni el momento adecuado para hablar sobre ello, ni mucho menos de ponernos metafísicos en este aspecto, pero desde luego —y salvando algunas maravillas, que aún las hay— creo que, dentro del tocho de relatos buenos que se presentan a una convocatoria (y cualquier autor con tablas es capaz de escribir uno en apenas una mañana), todos y cada uno de ellos tendrán su oportunidad y su momento según el perfil del jurado que le evalúe en cada caso. Por eso a veces no es tan importante ganar como el hecho de estar siempre ahí... y en ocasiones, ya ni eso.
Lo que me lanza al siguiente punto de esta absurda disquisición, y es el hecho de que quizá este año vaya a participar en muchos menos certámenes que en 2010. Se acabó mandar indiscriminadamente a todos lados, al menos de momento, pues creo que ha llegado la hora de preocuparme por la compilación y la promoción. Y sobre todo, el momento de darle el último empujón a mi novela.
Como muchos sabéis, en los próximos días presentaré mi primera antología a título individual: Texturas del Miedo, con Saco de Huesos. Mientras tanto, tengo en marcha una segunda antología que en breve partirá rumbo a las frías bandejas de entrada de alguna que otra conocida editorial. Mi propósito es juntar en una tercera antología todo (o casi todo) lo que vaya a escribir durante este 2011, para así comenzar a darle algo de forma y coherencia a esa evolución continua que sufrimos los escritores.
Y mientras tanto, ahí está mi novela, cuya tripa ha alcanzado ya las 100 páginas, y a la que espero le siente tan bien el turrón navideño que llegue a superar la barrera de las 150. Jamás había escrito nada tan largo, y lo más curioso es que desconozco si lo estoy haciendo bien o mal, pues a las novelas se les pierde la perspectiva. Al menos estoy seguro de que no es terror. Ni tampoco fantasía en sí. Es algo extraño y personal, como supongo que es todo lo que escribo.
Espero que a lo largo de este 2011 alcance su forma definitiva y sea un tercero quien decida lo que realmente es. O, cuanto menos, el destino de su suerte.
Por lo pronto, con acabarla, habré conseguido mi propósito. De largo.
Mucha suerte para este nuevo año... seguro que será tan bueno como los anteriores, ya lo verás :D
ResponderEliminar...y que ganas de que salga a la luz "Texturas del Miedo", que aunque ya haya tenido el placer de leer todos y cada uno de los relatos que en él están impresos... tenerlos en tus manos es bien diferente ;)
... hablas como si fueras mi hermano...
ResponderEliminarXDD
Desde luego ser jurado de un certamen no es fácil, ni agradecido. Además del cansancio propio de tener que leer tantos relatos (y tanta morralla entre ellos), el único premio que uno se lleva al final es el cuestionamiento y la crítica a tus elecciones. Masoquismo puro y duro XD Todo mi respeto para ti y para otros que han asumido esa labor, porque sin ellos no habría concursos. O peor, serían meras competiciones de popularidad, como hay varias por ahí, que al final de literatura, poco.
ResponderEliminarY bueno, después del año que te has currado veo totalmente lógico que cambies tus metas; siempre hay que aspirar a llegar a un escalón más arriba, y lo de la novela promete muchísimo. Ahora que la vida te deje tiempo para escribir, que a mí por lo menos me tiene agarrado del cuello y no me deja.
¡Un abrazo!
Yo mientras pueda leerte... ^_^
ResponderEliminarpd. Ya me lo dijiste el otro día y me gusta ver que es algo firme. Disfruta ante todo, que es lo que hay que hacer ^^
Muchas gracias a los dos, chicos.
ResponderEliminarInvi, hay mucha verdad en tus palabras. Al menos me quedo con que la gente sensata respeta esta labor y es consciente de lo difícil que es alcanzar una objetividad absoluta en cualquier fallo. Y con respecto a lo del siguiente escalón, no sé si en realidad es algo más ambicioso o no, simplemente es el paso lógico, y al menos no podré decir que no lo intenté. Y sí, soy consciente de que ahora mismo tendré mucho menos tiempo qeu hasta ahora para escribir, y eso también pasará factura...
Er, sabes que soy un tío de palabra ;). Y nunca dejarás de leerme, como yo nunca dejaré de leeros a escritores como Invi o tú, porque si algo he aprendido de este periodo, es que la calidad escasea y hay que cuidar a los que valéis la pena.
Abrazos ;)
Enhorabuena Nacho! Verás como el próximo año te depara más alegrías literarias y llevas a buen puerto todos tus proyectos, talento tienes de sobra :) Un saludo compañero!
ResponderEliminarMuchas gracias, Óscar. A ver si es verdad, y varias de ellas las compartimos ;)
ResponderEliminarFelicidades por el año y mucha suerte con la novela y las antologías.
ResponderEliminarRespecto a lo que dices como jurado, seguiré buscando uno al que le gusten mis relatos, sin embargo muchas veces he leído los ganadores de algún certamen en el que no he sido finalista o de alguna antología para la que no me han seleccionado, y el mío me gustaba bastante más. Ojo, no digo que fuera mejor, no soy tan pretencioso. Tan sólo que yo, en primer lugar, escribo según mis gustos.
A este respecto, ¿crees que es mejor escribir para ti o acomodar (razonablemente) tus historias según el jurado tipo del certamen/antología/revista?
Hola Pedro, gracias por tus palabras, amigo ;)
ResponderEliminarEn cuanto a la pregunta que haces, creo que es indispensable amoldar tus historias a la temática de cada concurso; muy importante conocer los gustos del jurado; y de vital importancia no dejar de escribir con tu estilo, porque sólo así uno aprende a escribir sobre lo que sea sin traicionar su arte.
Un abrazo