Prólogo para "Lantana, donde nace el instinto"

Pocas cosas son tan especiales como asistir al parto de un hermano. Más especial es cuando esta persona a la que tanto aprecio, escritor emocional tan próximo a mi manera de entender el arte y aun la vida, me pide que sea el comadrón encargado de limpiarle la sangre a su segunda criatura novelada.

Hablo de Darío Vilas y hablo de "Lantana, donde nace el instinto", la valiente continuación de su obra "Instinto de superviviente".

Hablo, al fin y al cabo, de una novela única dentro de la conocida Línea Z de Dolmen. Una obra estridente en su propia concepción de rara avis, que desentona con su entorno y se revela como literatura distinta, ausente, enferma de inconformismo y muy cinematográfica, más próxima a un Julio Medem introspectivo que a un Zack Snyder lúdico. Intimismo, fenómeno zombi sin apenas zombis. Toda una declaración de intenciones que aún no ha visto su fin, pues a esta segunda parte le sobrevendrá una tercera entrega que supondrá el colofón perfecto para la trilogía más distinta que se haya escrito sobre zombis.

Yo tengo el privilegio de ser el encargado de abrir la edición con una introducción escrita a corazón abierto (como no podía ser de otra forma, pues Lantana es una novela sin piel, donde podemos leer los miedos y anhelos de su autor sin apenas dificultad), y sin duda puedo decir que ha sido una de las noticias literarias y extraliterarias que más ilusión me han hecho en este año 2012.

Aquí os dejo con su web y con la sinopsis de su criatura, que verá la luz el próximo mes de noviembre. Yo ya cuento las horas que restan para el lanzamiento, haya que abrir o no en canal.