No puedo dejar de emocionarme al leer las primeras reseñas de "Grotesque" que han empezado a colgarse en las redes, o al recibir los comentarios que me están llegando por privado y en persona. De hecho, son las mejores críticas desde que publiqué "Nudos de cereza", con la salvedad de que "Nudos de cereza" era una novela para todos los públicos, pero esta "Grotesque" no lo es. Y, sin embargo, me está devolviendo la fe en la existencia de un público lector especial, amante de la literatura, que no necesita una historia deglutida, sino que es capaz de degustar el carrusel de emociones y aberraciones que propongo. Es precioso cuando se da esa comunión, cuando sale a flote esa magia. Y, ahora más que nunca, ahora que me presento como el escritor que soy, lo estoy disfrutando más si cabe.
Además de la sensacional entrevista que me concede Esteban Dilo en su blog, y que podéis leer pinchando AQUÍ, han surgido ya cuatro reseñas maravillosas que copio a continuación:
Carlos Montero dice que Grotesque «es morir y que tu cantante favorito escriba una canción que relate como fue»
Santiago Ruiz asegura que «es un libro extraño y que supone una patada para la mente»
Juan Enrique Soto apunta que es «un libro apto para lectores exigentes, inteligentes y de mente "desplegable"»
Mientras que Juan Ángel Laguna asegura que es «un magnífico trabajo que no debería pasar desapercibido, algo grande, a pesar de su corta extensión, un hallazgo de los que marcan, como las cabezas de estatuas, inquietantes y atractivas al mismo tiempo, que asomaron un día por una gruta olvidada no muy lejos de Roma».
Con todo esto, solo puedo daros las gracias a todos los que estáis comprando, leyendo y comentando "Grotesque".
Este humilde autor es más feliz cuando sabe que os ha hecho pensar, llorar, reír, sufrir o disfrutar.
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