Acabaron los Celsius 232, y con ellos unos días inolvidables. Inolvidables por la calidad del evento, plagado de opciones y alternativas para todos los gustos y con hueco para todos los autores.
El viernes, recién aterrizado, tuve el placer de presentar la Antología Z volumen 6 de Dolmen junto a Darío Vilas (coordinador y autor), Ángel Sucasas y Javier Cosnava. El sábado a las 13 llegó el turno para El osito Cochambre y otros títulos de la Editorial 23 Escalones, presentados por Daniel P. Espinosa (Aplaudan al salir), Miguel Aguerralde (Última parada: La casa de muñecas), Ángel Sucasas (Hamelín) y temporizados una vez más por Darío Vilas.
Pero sobre todo, este viaje fue inolvidable por la compañía. En Avilés, tuve la alegría de compartir presentaciones y mesa con un grupito de autores magnífico, pero por encima de todas las cosas, con un grupito humano admirable por su calidad, por sus ideas, por sus valores. Eso es lo que siempre recordaré. Eso y las risas, y las pieles de gallina, las propuestas descabelladas atendidas por editores valientes, el agua de alta gradación, los sacos en la cabeza y la intención de petarlo algún día de estos.
Mereció la pena. Y ya os echo de menos.
Presentación conjunta de la Antología Z Vol. 6
Darío Vilas en su faceta de antologista
Yo, escuchando a los compañeros
Ángel Sucasas maquinando algo
Javier Cosnava a punto de petarlo
Darío Vilas cediendo la palabra a los demás autores
Yo, explicando que mi relato está escrito en castellano antiguo
Hablando sobre mi relato La Zelestina
Uno de los momentos de la presentación de la nueva antología Z de Dolmen
Darío Vilas como maestro de ceremonias en la presentación conjunta de las novedades de 23 Escalones
Darío, a mi lado, explicando la propuesta editorial de Mónica Plasencia
Darío cediéndole la palabra a Miguel Aguerralde
Momento de la presentación de las novedades de 23 Escalones
Miguel Aguerralde hablando sobre su novela Última parada: La casa de muñecas
Ángel Sucasas presentándonos su novela Hamelín
Yo, hablando sobre amores y cambios de pieles en El osito Cochambre
Daniel P. Espinosa hablando de la angustia encerrada en Aplaudan al salir
Darío y yo, escuchando con atención las preguntas del público asistente
Hacia el final de la presentación
Darío Vilas y Miguel Aguerralde presentando el homenaje a Ralph Barby
Ralph Barby explicando que es capaz de escribir una novela en ocho días
Gracias por el informe de la presentación y el Festival, Nacho! ABrazos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarUn placer, amigo
ResponderEliminarNo lo niegues, añoraste mis preguntas puñeteras XD
ResponderEliminarSiempre se echa de menos tener algún espectador puñetero, Laura... :p
ResponderEliminarUnos días de puta madre, la verdad sea dicha, y lo bien que nos lo pasamos es suficiente para querer repetir!
ResponderEliminarRepetiremos, Víctor. Seguro.
ResponderEliminarTodo un placer haberte conocido :)
Hay una foto ahí en la que tengo un careto algo peculiar. Se nota que fue la última presentación, a mediodía, que ya estaba comiéndome el labio superior... XD
ResponderEliminarCuatro días magníficos, irrepetibles. Espero que pronto tengamos otra ocasión de juntarnos y arreglar el mundo en una servilleta.
XD
ResponderEliminarPasaron tantas cosas que hubo caretos de todos los gustos y colores.
Si todos los festivales se desarrollaran en tan estupenda compañía, repetiría sin pensarlo. Estos días los recordaremos para siempre.
Reseña fotográfica única y espectacular. Ahora nos falta ver las fotos de cierta cena y cierta servilleta que hará hiZtoria ;)
ResponderEliminarFueron unos días geniales. Abrazos a todos!
Esas fotos nunca deberían salir a la luZ, jeje.
ResponderEliminar¡Un abrazo, Dani!