martes, 14 de junio de 2011

The Fountain: Enamorarte del cine.

La vida eterna queda desligada del tiempo, huye de su significado y florece dentro de una nebulosa moribunda. La muerte es un acto de creación, y el sentido mismo de la vida no reside en el tiempo que pasamos viviendo, sino en el tiempo que realmente destinamos a ser felices. Por eso esta ''Fuente de la Vida'' de Aronofsky no nos habla de ser inmortales, o sí lo hace, pero para corroborar su sentido opuesto o diferenciado de esa utopía, de esa ciencia-ficción.

''The Fountain'' no es opulenta ni pretenciosa como así nos lo querían hacer ver, pues es todo lo pretenciosa que pudiera ser una historia de amor entre un hombre y una mujer. No obstante, tampoco se trata de una historia cualquiera, sino aquella que muestra la verdadera esencia de lo que significa amar, que nos enfrenta directamente al problema de la escasez del tiempo con el que contamos y de nuestro error existencial al no saber qué hacer con él. Nos habla de un doctor enamorado de una chica que es un ángel en la Tierra, una chica con un tumor mortal cuyo marido pasa más tiempo en el laboratorio intentando encontrar una cura a su enfermedad que disfrutando con ella sus últimos días. La cruel metáfora de la vida, un espejo roto en el que vemos reflejado cómo se nos escapa el tiempo sin que hagamos nada más con él que intentar estirarlo y ensancharlo inútilmente. Por eso Aronofsky nos dice que la vida eterna no consiste en tener más tiempo, sino en elegir la opción correcta, salir corriendo detrás de esa preciosa mujer hacia el campo nevado y no hacia las probetas y los monos de laboratorio.
La vida es un libro inconcluso donde relatamos en tinta negra la odisea de una búsqueda, tinta negra con la que nos tatuamos la idea de un compromiso eterno que se extravió por el camino, señal inequívoca de que no hacíamos lo que realmente deseábamos.

Las imágenes de esta obra maestra son tan poderosas (en su concepción tanto como en su abstracción, en su plano estético y filosófico, o como simple canto a la vida), que volvemos a estar delante de un ser con vida propia, de esos que hacen suyo el milagro del cine: transmitir a otro nivel por encima del lenguaje, clavarse como un dardo en el hipotálamo y extenderse como un dulce veneno a través del alma. Un alma que vive en una urna de cristal líquido viajando a cientos de miles de kilómetros por hora, surcando el universo hacia Xibalba, donde el árbol de la vida volverá a renacer, o donde por fin comprenderemos que ''juntos para siempre'' no es sólo una abstracción brotada de la boca de un corazón enamorado, pues su significado trasciende la esencia mortal de la carne, trasciende el alimento de la madera de la vida, el vello erizado al contacto de unos labios amantes, o la conquista de la Nueva España en busca de una utopía que no está más allá que dentro de nosotros mismos.

Darren se consagra con su tercera película y parte como uno de los grandes favoritos para hacerse con el trono que dejó Kubrick y que hoy en día sólo tiene el honor de sustentar Lynch. Cuesta reconocer su estilo en un principio, pero al poco tiempo nos damos cuenta de que había estado siempre allí, encerrado entre líneas: volvemos a las escenas repetitivas y recurrentes (el trozo de madera en la boca mientras come del árbol de la vida, la escena de Izzi y el doctor cuando ella le pide que salgan juntos a ver la primera nevada, su figura traviesa huyendo envuelta en un vaporoso vestido rojo...); los planos cenitales y esa atmósfera trascendental; pero sobre todo la música de Mansel, más inspirado que nunca, que no nos abandona en casi ninguna escena: ese camaleón sonoro que inunda la acción y se hace parte indisoluble de una trama que va más ligada al espíritu de quien la contempla que al frío (y absolutamente desacertado y erróneo) análisis de una sinopsis que no le hace justicia en lo más mínimo. Si bien es cierto que en esta cinta desacelera el ritmo como consecuencia inmediata del tono argumental y su fondo temático, Aronofsky no deja nunca de ser él mismo, recurriendo a sus preciados efectos sonoros (que son aquí los chillidos de la jungla sudamericana, la suave voz femenina susurrando "finish it" o "stay with me", las pisadas sobre el barro que circunda la presencia arbórea de una vida marchitándose ante un corazón en pena, perdido y confuso, que no sabe todavía qué es lo que hizo mal), convirtiendo una apuesta difícil y arriesgada en una impagable obra maestra contemporánea, lejos de una pretensión y de una magalomanía de la que habría sido imposible escapar si hubiera caído en otras manos. Gracias a Dios, las buenas historias casi siempre son contadas por los grandes genios, y sin duda Aronofsky es un genio que dirige a la perfección una película sin igual, distinta a todo cuanto habíamos visto antes.

Mención aparte merecen las interpretaciones de unos actores que hasta el momento de ver esta cinta, yo no tenía en demasiada consideración: Rachel Weisz, la ex-mujer del director, es casi un ángel, un ser delicado que nos enamora de inmediato, al que admiramos por su entereza y su capacidad de haber comprendido algo que para los demás queda oculto tras el dolor, la rabia y la confusión; Hugh Jackman es mucho más de lo que esperábamos, quizás el actor adecuado para la historia adecuada, algo que sin duda hace bueno que Brad Pitt se cayera de la lista; y por último Ellen Burstyn, como un homenaje silencioso pero evidente al mejor papel que le hayan brindado a Aronofsky en toda su vida como realizador (véase su anterior obra). Todo ello estructurado en torno a unos efectos visuales maravillosos, que eluden la rimbombancia y se centran en la elegancia de la composición de unos cuadros verdaderamente bellos, haciendo de la fotografía de la cinta motivo más que suficiente para verla, por encima de su significado, que por otra parte sólo podrá defraudar a aquellos que no sepan bien donde tienen el corazón.

¡Spoilers!

Al final, el doctor Creo, en lugar de continuar su búsqueda de la inmortalidad, comprende por fin que la muerte es necesaria porque da sentido a la vida, que el amor y la pasión no tendrían cabida en este mundo si viviéramos para siempre. Por todo esto, ''The Fountain'' constituye una fábula empírica, un experimento del sentir humano, un cuento de hadas desde el otro lado de la imaginación, que nos sugiere que la vida nace de la muerte, es naturaleza, florece y se marchita, pero a su vez crea un alma que levita por encima de las ramas retorcidas y suplicantes, acepta que la eternidad parte de la comprensión de que nuestro sitio no está sólo aquí, que la vida eterna es compromiso, y ese compromiso es un anillo que nunca debemos quitarnos bajo ninguna circunstancia, pues es el amor y el recuerdo, la plenitud de cada momento que hemos vivido entre esa naturaleza verde y exuberante, entre la pureza de una nieve que cae en delicados copos sobre lo que más amamos en vida, que hará de la muerte un mero trámite con el que completaremos un círculo infinito. Muerte, vida, creación, amor, destino y compromiso. Para siempre.

16 comentarios :

  1. Peliculón, con todas las letras, al que se puso de moda menospreciar. Y una reseña preciosa, que (y esto creo que ya lo dice todo) le hace justicia a la obra.

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  2. La verdad es que la reseña está muy bien, transmite perfectamente el... voy a llamarlo "aura" de la peli.

    pd. Leo le voy a decir a Bry lo de Nolan. Y El Truco Final mola que te cagas XD

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  3. Gracias, Invi :))
    Tienes toda la razón con eso de que se puso de moda menospreciarla. Creo que tiene que ver con la incapacidad de mucha gente para sentir y pensar al mismo tiempo.

    Er,
    este tipo de cine es el que me refiero que llega justo donde no puede llegar la literatura. Y este es el tipo de literatura con la que suplo mi frustración de no ser cineasta y llegar a tales sitios.

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  4. Ah, y que venga Bry a rebatirme si tiene ovarios XDD

    P.D.: no se lo digas, porfa, que Bry me da miedo cuando se enfada, porque tiene enfados con vocecita dulce... XDD

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  5. "Er,
    este tipo de cine es el que me refiero que llega justo donde no puede llegar la literatura. "
    que sí que sí, pesao.

    (es el sí, de los locos, yo solo te lo comento por si no lo llegas a pillar)

    En cuanto pille a Bry me la traigo. A ella y a su vocecilla de enfado.

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  6. XDD

    Qué displicente y qué boba que eres :p

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  7. Jo, es lo más bonito que me han dicho hoy *_*

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  8. Excelente película. Apasionada y acertada reseña.

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  9. Gracias, Pedro.
    Me alegra compartir opinión ;)

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  10. Vaya, me alegra haber leído esta reseña, Ignacio.

    Más que nada, porque es probablemente mi película favorita (tal vez no la mejor que he visto)y porque como tú opino que Aronofsky es el único sucesor de God Kubrick en el horizonte. Con un aliciente, que no es un hombre de hojalata.

    Recuerdo haber escrito una reseña extremadamente similar, incluso en como la rematas, hace ya tiempo (cuando se exhibió en cines).

    Entre esto y nuestra coincidencia casual en "Versículos prohibidos" ya estoy teniendo hasta inquietud ¿Habremos intercambiado neuronas sin saberlo vía amazon -nunca son suficientes- xDD?

    Por cierto, y como no podía ser de otra manera, muy bien escrita.

    Nos leemos.

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  11. Hola, Ángel.

    Gracias por tus palabras. A mí también me alegra saber que coincidimos en gustos cinéfilos.

    En realidad esta crítica la escribí justo unos días antes de su estreno en España, y la tengo colgada en Filmaffinity desde hace mucho.

    The Fountain es probablemente una de mis 10 películas preferidas, y cada vez que sé de alguien que comparte el mismo amor por ella, siento algo parecido a la fe en la raza humana :)

    En fin, gracias de nuevo, compañero, espero seguir compartiendo experiencias y casualidades no sólo literarias, sino también cinéfilas.

    De momento seguiré envidiando que entrevistaras a Chan-Wook...

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  12. xDDD. Yo también me envidio por ello ;p xDDD.

    Es tal cual te lo puedas imaginar. Un genio. Tuvimos una conversación sobre la foto de "Thirst" memorable. El tipo supervisó el etalonaje digital de cada fotograma personalmente, porque no quería que nadie le "tocara sus colores" en esta peli.

    Pero los que más me impresionaron de momento fueron: Pascual Laugier (si no te has visto "Martyrs", no sabes lo que te estás perdiendo) y Tomas Alfredson (el de "Let the right one In", la sueca, la de verdad, vamos).

    Aronofsky... Tal vez, algún día :). Y a ver si no me desmayo xD.

    Yo también tengo la mía en filmma ;).

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  13. La verdad es que Chan-Wook parece un tipo adorable y con las ideas muy claras. Lo del color no me extraña nada: todos los grandes directores han pasado por esa fase en algún momento.

    De Alfredson vi su "Let the right on in" hace ya tiempo, y la verdad es que me encantó. Promete mucho este tipo. De Laugier la verdad es que siento algo de recelo con su "Martyrs". La tengo para ver, pero me temo que me encontraré con otro "Frontiers" o "A l'interieur". Del gore francés me quedo con Aja, aunque tendré que darle una oportunidad a Laugier si me lo recomiendas ;)

    Lo de Aronofsky sí que no te lo perdonaría ya... :p

    Por curiosidad, ¿quién eres en FA?

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  14. Niccólito soy. Nombre de usuario Cuaron1.

    Aunque tiene que ver con ese tipo de cine, no es como "Frontiere(s)" o "Al'interieur". Es mucho más... Kubrick. La violencia tiene un propósito claro: ponernos a parir.

    Y la dirección es estratosférica.

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